[ entre paréntesis ]
BOB DYLAN - BLOOD ON THE TRACKS 1975
Cuando Beck lanzó "Sea Change" el 2001 y caímos rendidos ante la melancolía e infinita tristeza de sus doce canciones, fuimos obligados a revisitar "Blood on the tracks" de Bob Dylan editado 27 años antes. Hay que vivirlo para entenderlo. Canciones despojadas, sin electricidad, sin lujos. Simplemente una banda liderada por un genio (no hay songwriter que pueda ignorar su influencia)ayudándolo a encontrar los pedazos de algo que se perdió definitivamente.
Alguien dijo que el rock and roll eran penas de amor entre hombres. Este álbum lo comprueba.
01. Tangled up the blue: La historia de un hombre. La historia de todos nosotros, cuando nos despertamos y caemos en la cuenta que estamos enamarañados en la tristeza y empezamos a recordar y llegamos a la conclusión. La pena es mujer. Pero tratamos día a día comprobar lo contrario.
02. Simple Twist of Fate: "Échale la culpa al destino" le dice el protagonista a su chica. Lo que nadie quiere vivir, el quiebre y las noches tristes recordando como el destino se encargó de unir y separar...Caballo de troya además...el autor te hace creer que es en tercera persona, pero al final te das cuenta que es él mismo.
03. You`re a Big Girl Now: Al final ella fue más que uno. Ella descubrió nuevas cosas, ella se independizó, ella dejó de necesitarte. Y nos quedamos escuchando los pajaritos cantando para nosotros y nosotros cantando para aquella chica, a través de las lágrimas.
04. Idiot Wind: Después de la pena viene la rabia y esta, tal vez la mejor del disco, explora el rencor de manera brutal. Con un órgano que llega atrazado siempre y una fluidez de primera toma, el protagonista se lamenta de no poder distinguir la verdad de la mentira, de olvidar lo que significa la paz y que realmente ella es tan idiota como el viento que sale de su boca, antes besada.
05. You`re gonna make me lonesome when you go: Como los viejos tiempos, guitarra+armónica (claro que con la pequeña ayuda de un bajo eléctrico). El título lo dice todo. A pesar del arranque anterior, que sólo quedó.
06. Meet me in the morning: La borrachera blues. La posibilidad que ella nuevamente vuelva a tu casa. ¿Por qué no?. Porque "el momento de mayor oscuridad es antes del amanecer".
07. Lily, Rosemary and the Jack of Hearts: Un respiro a tanta tristeza. Tal vez, si seguimos mi interpretación, es el necesario sueño de cambiar de tema. Una historia vaquera que si sabes inglés es capaz de tenerte atento por nueve minutos. Y eso no es cualquier cosa.
08. If you see her, say hello: Pero el sueño termina y volvemos a la tristeza...Otro de los puntos altísimos de un disco alto. Sin violencia ni gritos, solo pide la oportunidad de encontrarla en cualquier lugar. "Quisá piense que la he olvidado, no le digas que no es así". "Siempre la he respetado por terminar y por ser libre/Oh, a todo lo que la hace feliz/No quiero cerrarle el paso /Aunque el gusto amargo aún persiste/Desde la noche en que traté de hacer que se quedara". Pobre tipo, piensas, realmente la amaba.
09. Shelter from the storm: La clave del disco. No importa que ella se haya ido. No importa que ya no te quiera. No importa que todos los momentos bellos se hayan perdido en el tiempo. Lo que realmente vale la pena es seguir queriendo ser su abrigo en la tormenta. Tal vez sus ojos nuevamente vuelvan y el resto se de por añadidura.
10. Buckets of rain. El fin a la travesía. Lo único que queda después de tanta sangre es el agua. Lágrimas. Y una promesa: tengo más amor del que puedas soportar... "La vida es triste La vida es una ruina Todo lo que puedes hacer es hacer lo que debes Tú haces lo que debes hacer y lo haces bien Yo lo haré por ti, dulce amor mío ¿No te das cuenta?"
Blood on the tracks es la terapia de un hombre que se quedó solo. Y que curiosamente en 1966 le dedicó a su novia el tema que cerraba uno de los mejores discos de la historia del pop.
Si quieres las letras: http://www.traducecanciones.com/Dylan/dylan18.htm#01%20-%20Tangled%20up%20in%20blue
Un consejo de Sergio Cancino: "Nunca desayunes con él, man"
A quien le pueda interesar:
Este es un archivo de discos, canciones y bandas que han marcado mi vida. Desde que era adolescente y descubrí que caminar, o andar en micro o tirarse en la cama acompañado de buena música era la mejor forma de soportar una vida que realmente no me hacía feliz.
www.fotolog.net/musicismyradar
www.fotolog.net/musicismyradar
www.fotolog.net/musicismyradar
Alvaro Henriquez: Mi Último Gran Héroe
(Por Juan Carlos Ramírez Figueroa)
La introducción que viene abajo es obligatoria para que ustedes, amigos-lectores-desconocidos, entiendan.
Enero 1994. Uno de esos veranos interminables, estaba descubriendo la música y por mi carreteado walkman giraban los Beatles, Metallica, Radiohead y Pink Floyd sin complejos. Estaba en eso, cuando un amigo me obligó a escuchar "Se Remata el Siglo".
Agosto 1995. Me gustaba demasiado una compañera de curso, pero todo estaba saliendo mal. Hice mías canciones como "Te Desheredo" o frases tipo "mi vida haría a un monje renunciar a su fe". Bueno, sólo tenía 15 años.
Mayo 1996. Me compré mi primera guitarra y aprendí a tocarla con el cancionero del Unplugged editado por La Tercera.
Podría seguir contándoles sobre las Yeins Fondas en el "Cariño Malo" de Concepción o en la Estación Mapocho, mi conversación en la casa de Lalo Parra, cuando Sergio Lagos me hizo unas preguntas en el lanzamiento de "La Sangre en el Cuerpo" en el Teatro Providencia, o mi experiencia acarreando la Rickenbaker de Ángel Parra en Curanilahue, pero prefiero terminar mi recorrido con la entrevista que la buenamoza Carmen Luz Parot me hizo y que finalmente salió en el documental sobre la banda que transmitieron por TVN. Dije algo así como que "ellos fueron la banda sonora de mi vida adolescente".
Cuando uno logra atravesar esa barrera de mirar a una banda y hablar con la banda es señal de algo. No sé muy bien de qué. Pero pasó. Una tocata de Los Pettinellis junto a Los Asistentes y Sinergia en el Estadio Regional de Collao el viernes 14 de marzo, era la mejor excusa para hablar de música. Y de todo lo demás, también.
por Juan Carlos Ramírez
"Estoy demasiado contento. Con nuevas energías, porque este es un grupo de cabros jóvenes con otras influencias y que nos entendemos bien. De hecho, lo pasamos excelente. Me siento cómodo. Creo que esa es la única manera de estar feliz. Y que sonemos bien", decía Henriquez. Claro, porque con Los Pettinellis le achuntaron a la memoria pop nacional con "Ch' bah puta la gueá". Tanto, que en el recinto de Collao lo presentó como "el himno nacional". Después subió su hermano y los autores de "Mujer Robusta", logrando el mejor momento en una noche absolutamente penquista.
Es que su grupo ha estado en intensa actividad. Primero con "Arriba quemando el sol", el cover para el tributo a Violeta Parra. Después vinieron las tocatas, el primer single de su álbum debut ("Hospital"), y ahora "Sexo con amor", perteneciente a la banda sonora de la película del mismo nombre. "Ahora hemos ido a mil. Pero yo siento que el tiempo ha pasado lento y sé que no es así. Sacamos el disco recién hace 4 meses. Lo que pasa es que yo venía con otro ritmo de trabajo, con giras y viajes a México. Ahora estoy con más calma para componer".
Precisamente ése es el tema que lo ha obsesionado siempre. Claro, no tiene atados de hablar de su ex agrupación ("Con el Ángel y Titae no hay problema, la relación es cordial, me alegro que estén bien. Claro que no nos hemos visto mucho en los recitales. De Pancho no supe nada más y no me interesa saberlo"), pero lo más importante para él -y para la mayoría de la gente que colecciona discos y lee esto- es hablar de música. "Más que perseguir una canción, espero que me lleguen. No me refiero a sentarse cómodamente, sino más bien trabajar alguna idea. Yo acumulo bastante información y cuando siento que me llega la hago de una. Claro que hay otras que demoran más. También me gusta trabajar bajo presión, pero ahora estoy con más calma, tranquilidad y tiempo para poder aplicarme a la parte sonora y lírica".
El cantante dice que un tema está listo "cuando cae de cajón y se hace evidente que no hay que agregarle nada más, te emocionas y suena bien... ahí es indiscutible que está terminado. Estoy de acuerdo contigo que lo que hacemos es más que rock and roll, es música chilena. Lo que quiero hacer es integrar las cosas. Tiene mucho que ver con las cuecas que grabamos en el álbum. Aunque no son cuecas tradicionales, podríamos llamarlas cuecas eléctricas. Me interesa tener eso presente en los discos".
Para hacerse una idea de cómo está el sonido Pettinellis, una pequeña lista de influencias actuales y de siempre: "Harto rockabilly, vinilos antiguos, Stray Cats, Roberto Parra, Los Chileneros, cuecas varias y Renato Carossone". De este italiano es la pieza "Tuo vuo fa l`americano", donde el tecladista Camilo Salinas se luce en la voz. La idea es lanzarla en un ep junto a "Sexo con Amor" para más adelante.
¿Eres consciente de tu aporte a la música, especialmente en las nuevas generaciones?
"Los cabros jóvenes a veces se me acercan después de los recitales y me dicen que gracias al Unplugged descubrieron las cuecas. El problema es que en Chile hay pocos discos cuequeros o se descatalogan rápido... pero yo creo que sí, hay un legado".
Sobre el presente de Los Pettinellis -que también incluye al batero Nicolás Torres y Pedro Araneda en el bajo- dice que están haciendo música que "exuda felicidad de tocar. Se trata de un estado anímico frente a la música. La idea es estar siempre arriba. Esto involucra también un despliegue físico y tocar harto. Horas y horas. Ahora último en la sala de ensayo estamos dándole al rock and roll...". Álvaro, haciendo gala de su verborragia heredada de su ídolo John Lennon, acierta en definir lo que practica su banda: "...es música que hace transpirar".
Y después de transpirar con el show, fuimos a dar unas vueltas por el Barrio Estación. De pronto aparece el señor Henríquez Pettinelli con ganas de carretear en el muy notable pub La República. "¿Y te gustó el recital?", me preguntó. Eso me hizo pensar que desde aquel verano del 94 me han pasado varias cosas. Una de ellas es que mi último gran héroe me converse de música.
Diaro Crónica y Frente Sonora. Marzo 2003.